Life after life es una miniserie británica de cuatro episodios que cuenta la historia de Úrsula Todd, quien muere y renace una y otra vez en distintas iteraciones de su existencia. La serie, protagonizada por la talentosa actriz Thomasin McKenzie y adaptada de la novela superventas del mismo nombre, explora temas fascinantes como el verdadero significado de la vida, la reencarnación y la posibilidad de borrar las partes menos afortunadas de nuestra existencia. Además, ofrece momentos de gran lucidez vital e introspección filosófica en contraste con otros donde impera la crudeza.

Una historia cruel pero magistral:
La fragilidad de una existencia eterna se percibe en cada escena de esta producción británica que aborda una línea argumental donde convergen el drama y la fantasía dentro de un marco amplio en la historia de Gran Bretaña. La adaptación, realizada con fidelidad y atención al detalle por el director John Crowley, comienza a la usanza de los dramas de época británicos, pero pronto se convierte en algo más. Una narración de cuento de hadas por parte de la actriz Lesley Manville nos relata la historia de Úrsula Todd desde sus primeros compases hasta su final que no es tal, sino la continuidad de un nuevo ciclo vital.

La belleza estética de Life after life:
En el plano técnico, Life after life cuenta con valores de producción sobresalientes. El diseño de producción nos transporta desde la casa rural de Úrsula hasta las calles de Londres, los bosques bávaros y la ciudad de Berlín durante la Segunda Guerra Mundial con un nivel sólido de precisión histórica. Además, la fotografía emplea metáforas visuales como la nieve y la luz para representar los ciclos de muerte y resurrección con sensibilidad poética. La música de Volker Bertelmann sobrevuela las imágenes con una particular belleza sensorial que permanece en la memoria una vez terminado el visionado de la serie.

Conclusión:
Life after life es una historia que contiene distintas capas de entendimiento y lecturas enriquecedoras que vinculan las experiencias de Úrsula con el proceso cíclico del Orobouros así como el período convulso de cambios que vivió Inglaterra entre la era eduardiana (1901-1910) y el Londres bélico de 1940-1941. Además, cuenta con un reparto excepcional y una realización técnica de alto nivel que hace que la propuesta sea una de las mejores series británicas de los últimos años.